Aniversario del paso a la inmortalidad del libertador de Argentina, Chile y Perú.
Cruzó los Andes con su ejército para llevar a cabo su hazaña.
Dijo Bartolomé Mitre en "Historia de San Martín y de la Emancipación Sudamericana":
"Se
ha dicho que San Martín no fue un hombre sino una misión. Sin exagerar
su severa figura histórica, ni dar a su genio concreto un carácter
místico, puede decirse con la verdad de los hechos comprobados, que
pocas veces la intervención de un hombre en los destinos humanos fue más
decisiva que la suya, así en la dirección de los acontecimientos, como
en el desarrollo lógico de sus consecuencias.
Dar
expansión a la revolución de su Patria que entrañaba los destinos de la
América, salvándola y americanizándola, y ser a la vez el brazo y la
cabeza de la hegemonía argentina en el período de su emancipación,
combinar estratégica y tácticamente en el más vasto teatro de
operaciones del orbe, el movimiento alternativo simultáneo y las
evoluciones combinadas de ejércitos o naciones, marcando cada evolución
con un triunfo matemático y la creación de una nueva república, obtener
resultados fecundos con la menor suma de elementos posibles y sin ningún
desperdicio de fuerza, y por último legar a su posteridad el ejemplo de
redimir pueblos sin fatigarlos con su ambición o su orgullo, tal fue la
múltiple tarea que llevó a cabo en el espacio de un decenio y la
lección que dio este genio positivo, cuya magnitud circunscripta puede
medirse con el compás del geómetra dentro de los límites de la moral
humana.
De aquí, la unidad de su vida y lo
compacto de su acción en el tiempo y en el espacio en que se desarrolla
la una y se ejercita la otra. Toda su juventud es un duro aprendizaje de
combate. Su primera creación es una escuela de táctica y disciplina. Su
carrera pública es la ejecución lenta, gradual y metódica de un gran
plan de campaña, que tarda diez años en desenvolverse desde las márgenes
del Plata hasta el pie del Chimborazo. Su ostracismo y su apoteosis son
la consagración de esta grandeza austera, sin recompensa en la vida,
que desciende con serenidad, se eclipsa silenciosamente en el olvido, y
renace en la inmortalidad, no como un mito, sino como la encarnación de
una idea que obra y vive dilatándose en los tiempos."
José de San Martín nació en Yapeyú (Pcia. de Corrientes), Argentina, el 25 de febrero de 1778.
Falleció el 17 de agosto de 1850 en su casa de Boulogne Sur-Mer (Francia), rodeado de sus seres queridos
Falleció el 17 de agosto de 1850 en su casa de Boulogne Sur-Mer (Francia), rodeado de sus seres queridos